El derbi madrileño entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid culminó en un empate que dejó un sabor agridulce para ambos equipos, marcado por la polémica de un penalti. El encuentro, celebrado en un vibrante Santiago Bernabéu que despidió a Marcelo, se encendió desde el inicio con la intensidad habitual de estos enfrentamientos.
El primer tiempo estuvo dominado por los visitantes, quienes, a pesar de tener menos posesión del balón, supieron aprovechar una falta que llevó al VAR a intervenir. Un pisotón de Tchouaméni sobre Lino fue considerado penalti por el árbitro, quien, tras revisar la jugada, sancionó la falta. Julián Álvarez fue el encargado de transformar la pena máxima con un toque sutil al estilo panenka.
A pesar del gol en contra, el Real Madrid no se rindió. En la segunda mitad, el equipo dirigido por Ancelotti mostró un rostro más ofensivo. Tras varias intentonas fallidas, Kylian Mbappé logró igualar el marcador con un disparo certero. Sin embargo, la presión del conjunto blanco continuó, y Bellingham estuvo cerca de marcar nuevamente cuando su cabezazo impactó en el larguero.
El Atlético, aunque replegado en su campo, no se quedó atrás y Oblak tuvo que realizar varias intervenciones clave para mantener el empate. A medida que avanzaba el partido, ambos equipos se esforzaron por encontrar la victoria, pero las defensas prevalecieron y el marcador no se movió.
Finalmente, aunque el Real Madrid mantiene su posición de líder en la tabla con un punto sobre los rojiblancos, los colchoneros se marchan del Bernabéu con una sensación más positiva tras haber resistido ante un rival potente.
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