Para la década de 1950 el actor Marlon Brando ya era reconocido a nivel mundial por películas como Un tranvía llamado deseo, Viva Zapata! y On the Waterfron. Sin embargo, su papel como jefe de la mafia en el filme de Francis Coppola inmortalizó su nombre e, incluso, le dio la oportunidad de dejar en ridículo a la Academia del cine.
Marlon Brando ganó su primer Oscar en 1955 por su actuación en La Ley del silencio, de Elia Kazán; aquella noche subió al escenario conmovido y sonriente. La historia cambiaría 18 años después cuando rechazó la estatuilla dorada a Mejor actor por su interpretación en El padrino; en lugar de proclamar un discurso de agradecimiento, el actor criticó a una industria marcada por los estereotipos, el racismo y prejuicios.
El actor había anunciado a los organizadores que no estaría en la edición 45 de los Premios Oscar, celebrada en 1973. En su lugar asistió Sacheen Littlefeather, actriz y activista de pro derechos de los nativos americanos.
Cuando Roger Moore y Liv Ullman anunciaron a Brandon ganador en la categoría de Mejor actor, Littlefeather subió al escenario y se negó a sostener el premio, su reacción desconcertó a la élite de Hollywood y dejó sin palabras a los 85 millones de espectadores que miraban la gala por televisión.
La actriz leyó parte del discurso que Brandon le había dado, en éste criticaba y mostraba su molestia a la Academia por el maltrato que recibían las poblaciones indígenas y la imagen estereotipada que se proyectaba de ellas en los filmes.
“Soy una apache y presidenta del Comité Nacional de Imagen Afirmativa de los Nativos Estadunidenses. Esta noche vengo en representación de Marlon Brando y me ha pedido que les diga, (en un discurso muy largo que ahora no puedo compartir con ustedes por falta de tiempo, pero que después voy a compartir con la prensa), que lamentablemente rechaza este generoso galardón. Y eso se debe al maltrato de los indios estadunidenses en la actualidad por la industria cinematográfica y en la televisión. Y también por lo ocurrido recientemente en Wounded Knee. Pido no haber sido una molestia esta noche y que deseemos que en el futuro nuestros corazones y entendimiento se encuentren con amor y generosidad. Les agradezco en nombre de Marlon Brando”, comentó la actriz.
En aquel momento el actor fue fuertemente criticado, pero su acción puso en la agenda el conflicto que existía en Dakota del Sur, en donde el gobierno había incumplido con los tratados con las comunidades nativas e hizo que la prensa nacional y extranjera se ocupara del tema.
Posteriormente, Brandon fue nominado de nuevo al premio de la Academia como Mejor Actor por la película El último tango en París (1973), pero la presea se la llevó Jack Lemmon por Salvad al tigre (1973).
Con información de El Milenio
