Varios trabajadores se enfermaron tras participar en la limpieza de los arroyos alrededor de la ciudad estadounidense de East Palestine, estado de Ohio, tras el descarrilamiento del tren de Norfolk Southern con sustancias químicas tóxicas el año pasado, informó AP citando un informe que no ha sido revelado hasta la fecha.
Según el documento, algunos empleados reportaron dolores de cabeza y náuseas mientras disparaban aire comprimido al lecho del arroyo, que libera sustancias químicas de los sedimentos y el agua, por lo que fueron enviados de vuelta a sus hoteles para descansar.
Las síntomas de los trabajadores, descritos en el informe, coincidieron con los que había avisado los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades después del accidente. Asimismo, entre otras quejas de los residentes de la zona figuraban erupciones cutáneas inexplicables, asma y otros problemas respiratorios, así como enfermedades graves, incluido cáncer de mama masculino.
La portavoz de la empresa ferroviaria Norfolk Southern, Heather García, declaró que ninguno de los trabajadores que enfermaron durante la limpieza «presentó síntomas persistentes o prolongados». «La salud y la seguridad de nuestros empleados, contratistas y residentes fueron primordiales durante las labores de recuperación de East Palestine», agregó.
De acuerdo con un estudio publicado en junio de este año, el catastrófico descarrilamiento afectó a 16 estados y a cerca de un tercio de la población del país, mientras que los restos de los productos tóxicos se extendieron por una superficie de 1,4 millones de kilómetros cuadrados.
El 3 de febrero de 2023, un tren de Norfolk Southern que transportaba productos químicos peligrosos descarriló en East Palestine, poniendo en peligro la seguridad de la comunidad y provocando una ola de críticas por la aparente inacción del Gobierno ante la crisis ambiental.
