Más de una docena de víctimas de la trata de personas fueron obligadas a trabajar durante varios años en un local de McDonald’s y en una fábrica de alimentos que abastecía a las principales cadenas de supermercados del Reino Unido, según reveló este lunes la BBC.
Durante al menos 4 años, entre 2015 y 2019, una banda dirigida por los hermanos Ernest y Zdenek Drevenak, de la República Checa, obligó a trabajar a 16 de sus compatriotas, muchos de los cuales habían pasado por la indigencia o la adicción. La banda les quitaba la mayor parte de sus ingresos y los controlaba con amenazas y violencia.
De acuerdo con un informe policial, los criminales utilizaban el dinero robado para comprar coches de lujo, joyas y propiedades. Aunque en varias ocasiones, las víctimas escaparon y huyeron a casa, fueron localizadas y traficadas de vuelta al Reino Unido.
La explotación terminó en octubre del 2019, después de que las víctimas se pusieran en contacto con la Policía de la República Checa, que luego avisó a las autoridades británicas. Seis miembros de la banda han sido condenados en dos juicios, que se retrasaron por la pandemia de coronavirus.
Señales de advertencia
Tras revisar los documentos legales del juicio de la banda y haber entrevistado a tres de las víctimas, la BBC asegura que durante los 4 años de trabajo forzado se pasaron por alto numerosas señales de advertencia.
El medio calificó como sospechoso el hecho de que cuatro de los hombres domiciliaran sus salarios en la misma cuenta bancaria y que nueve de las víctimas vivieran en la misma dirección en el norte de Londres.
Asimismo, algunas de las víctimas no hablaban inglés, y al parecer un miembro de la banda asistía a sus entrevistas de trabajo como intérprete. Además, trabajaban jornadas brutalmente largas -entre 70 y 100 horas semanales-, y una de las víctimas realizó al menos un turno ininterrumpido de 30 horas.
El sargento de la Policía, Chris Acourt, que dirigió la investigación, afirmó que se habían desaprovechado «enormes oportunidades» para detectar los indicios de esclavitud y alertar antes a las autoridades. «En última instancia, podríamos haber puesto fin a la explotación mucho antes si hubiéramos sido conscientes de ello», afirmó.
«Me preocupa mucho que se pasaran por alto tantas señales de alarma, y que quizá las empresas no hicieran lo suficiente para proteger a los trabajadores vulnerables», declaró Dame Sara Thornton, excomisaria independiente contra la esclavitud, que revisó las conclusiones de la BBC.